John Locke

John Locke

(1632 - 1704)

Análisis, comentarios y juicios críticos. Ejercicio 1

Realiza un análisis de las consideraciones de Locke sobre el origen de nuestros conocimientos prestando especial atención a su estructura argumentativa.

Ensayo sobre el entendimiento humano

Libro II. Capítulo 1. De las ideas en general, y de su origen

§ 1. 'Idea' es el objeto del pensamiento. Siendo cada ser humano consciente por sí mismo de que piensa, y siendo aquello a lo que se aplica su mente mientras piensa ideas que están ahí, es incuestionable que los seres humanos tienen en sus mentes varias ideas, tales como las que expresan las palabras "blancura", "dureza", "dulzura", "pensamiento", "movimiento", "ser humano", "elefante", "ejército", "ebriedad", y otras. Lo primero que cabe preguntarse entonces será ¿cómo llega a ellas? Sé que se acepta la idea de que los seres humanos llevan impresas en sus mentes nada más nacer ideas innatas y caracteres propios. Ya he examinado en profundidad esta opinión, y supongo que lo que he dicho en el Libro anterior podrá admitirse con mucha más facilidad cuando haya demostrado de dónde saca el entendimiento todas las ideas que tiene, y de qué maneras y en qué grados le llegan a la mente, para lo que apelaré a la capacidad de observación y a la experiencia de cada ser humano.

§ 2. Todas las ideas vienen de la sensación o de la reflexión. Supongamos entonces que la mente sea, como decimos, un papel en blanco, desprovisto de caracteres, sin ideas: ¿cómo llega a equiparse? ¿Cómo accede a ese almacén inmenso que pinta la imaginación de un ser humano (tan atareada siempre y tan sin límites) y que muestra una variedad casi inagotable? ¿Dónde consigue todos los materiales de la razón y el conocimiento? A esta pregunta contesto con una palabra, de la EXPERIENCIA. En ella se funda todo nuestro conocimiento, y de ella procede nuestro conocimiento en última instancia. Es nuestra observación, ya sea empleada en los objetos sensibles externos o bien en las operaciones internas percibidas y meditadas por nosotros, la que proporciona a nuestro entendimiento todos los materiales que empleamos al pensar. He aquí las dos fuentes del conocimiento, de donde brotan todas las ideas que tenemos, o que podemos llegar a tener, de manera natural.

§ 3. Los objetos de la sensación, una de las fuentes de las ideas. En primer lugar, nuestros sentidos, al entrar en contacto con objetos sensibles particulares, generan en la mente varias percepciones distintas de las cosas, que varían según los diferentes modos en que esos objetos las afectan. Así llegamos a las ideas que tenemos de amarillo, blanco, calor, frío, blando, duro, amargo, dulce, y a todas las que llamamos cualidades sensibles, y cuando digo que los sentidos las generan en la mente, quiero decir que éstos, a partir de objetos externos, generan en la mente lo que producen en ella dichas percepciones. A esta gran fuente de casi todas las ideas que tenemos, que depende completamente de los sentidos, y que deriva de éstos al entendimiento, la llamo SENSACIÓN.

§ 4. Las operaciones de nuestra mente, la otra fuente de las ideas. En segundo lugar, la otra fuente empleada por la experiencia para equipar el entendimiento con ideas es la percepción en nuestro propio interior de las operaciones de nuestra mente cuando ésta se ocupa de las ideas que contiene; operaciones que, cuando el alma las medita y considera, equipan el entendimiento con otro conjunto de ideas que no podrían obtenerse directamente de las cosas. Tales operaciones son la percepción, el pensamiento, la duda, la creencia, el razonamiento, el conocimiento, la volición, y todas las diferentes actuaciones de nuestras mentes; siendo consciente de éstas, y observándolas en nuestro interior, las recibimos en nuestro entendimiento como ideas distintas, como recibimos los cuerpos que afectan nuestros sentidos. Esta fuente de ideas está en el interior de cada ser humano; y aunque no es sensación, pues nada tiene que ver con los objetos externos, aun así se le parece, por lo que podríamos llamarla sensación interna. Pero como a lo otro lo llamo SENSACIÓN, llamaré a esto REFLEXIÓN, siendo las ideas que ésta se permite tener sólo las que la mente logra mediante la reflexión sobre sus propias operaciones internas. De aquí en adelante, se entenderá que "reflexión" es, por tanto, ese darse cuenta de sus propias operaciones que realiza la mente con la razón, y las maneras en que las realiza, razón por la que llega a haber ideas de estas operaciones en el entendimiento. Estas dos, a saber, las cosas materiales externas, en tanto que objetos de la SENSACIÓN, y las operaciones internas de nuestras propias mentes, en tanto que objetos de la REFLEXIÓN, son para mí las únicas fuentes de todas nuestras ideas. Uso aquí el término 'operaciones' en un sentido amplio, que incluye no sólo las actuaciones de la mente respecto a sus ideas, sino también lo que podrían llamarse las pasiones que surgen a veces de ellas, como la satisfacción o el malestar que surge de cualquier pensamiento.

§ 5. Todas nuestras ideas son de una de estas dos fuentes. En el entendimiento no hay rastro, pienso, de ninguna idea que éste no haya recibido de una de esas dos fuentes. Los objetos externos equipan la mente con ideas de las cualidades sensibles, que son todas esas percepciones distintas que producen en nosotros; y la mente equipa el entendimiento con ideas sobre sus propias operaciones. Si examinamos éstas a conciencia, junto con sus varios modos, combinaciones y relaciones, veremos que contienen el total de nuestras ideas; y que no tenemos nada en nuestras mentes que no nos haya llegado de una de estas dos formas. Que examine cualquiera sus propios pensamientos, e investigue a fondo su entendimiento, y diga si no es cierto que todas las ideas originales que se tienen proceden de los objetos de los sentidos o de las operaciones de la propia mente en tanto que objetos de su reflexión. Y al margen del volumen de conocimiento que pueda haber alojado allí, una inspección rigurosa mostrará que no hay una sola idea en su mente que no haya sido impresa por una de estas dos fuentes, aunque, el entendimiento pueda haberlas agrandado y enriquecido con una variedad infinita, como veremos a continuación.

J. Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano. Según la versión de Michelle, para webdianoia.com, junio de 2008